Tenía que pasar más temprano que tarde que una lente de focal fija terminara por formar parte de mi equipo fotográfico. Y como casi siempre en estas tesituras -compra de focal fija-, me he decantado por la prime lens por excelencia, un objetivo de 50 mm, el Canon 50 mm 1.4 USM en mi caso.
Ha sido un regalo adelantado -y mucho- de mi cumpleaños, pero algunos proyectos que ya compartiré en su momento con vosotros requieren o por lo menos así lo creo, una lente de esa focal y además rápida. Pensé inicialmente en empezar por el 50 mm 1.8 pero a pesar de haberlo probado y quedar bastante contento con él, necesitaba un paso más de luz y un poquito más de, digamos, sensación de robustez (y el 50 mm 1.2 se escapaba por ahora del presupuesto).
No he tenido tiempo de probarlo en condiciones más allá de unas pocas fotos dentro de casa pero por ahora las sensaciones son buenas y la respuesta de enfoque y los resultados son mucho más que aceptables.
Os iré contando cómo avanza la cosa.
Disfrutad del jueves aunque sea lluvioso.